1° Domingo de Adviento

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Liturgia de la Palabra

1° Domingo de Adviento

Himno

 

Tiempo de esperanza

            Escuchen el canto en YouTube aquí

 

Tiempo de espera

tiempo de esperanza.

Es el Señor que llega.

¡ven a salvarnos, Señor!

 

1.Tú que sueñas otros días

otros cielos otra tierra.

Se han cumplido ya los tiempos

es la hora del Señor.

 

2.Tú que marchas en las sombras.

Tú que buscas claridades.

Tú que en medio de las cosas

vas buscando la verdad.

 

Emilio Vicente Matéu. ℗ 2011 OCP. Usado con permiso

 

Introducción

Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Líder:                            Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.

Bendito sea Dios por siempre.

Todos responden:          Bendito sea Dios por siempre.

El Gloria no se canta durante el Adviento.

 

Líder:                Oremos.

Concede a tus fieles, Dios todopoderoso,

el deseo de salir al encuentro de Cristo,

que viene a nosotros,

para que, mediante la práctica de las buenas obras,

colocados un día su derecha, merezcamos poseer el reino celestial.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios por los siglos de los siglos.

Lecturas

Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia.  De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/

Primera Lectura:            Isaías 63, 16b-17. 19b; 64, 2b-7

Salmo Responsorial:    Salmo 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19

Respuesta (todos juntos): Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Escúchanos, pastor de Israel,

tú, que estás rodeado de querubines,

manifiéstate,
despierta tu poder y ven a salvarnos.

Respuesta (todos juntos): Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos,

mira tu viña y visítala;

protege la cepa plantada por tu mano,

el renuevo que tú mismo cultivaste.

Respuesta (todos juntos): Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Que tu diestra defienda al que elegiste,

al hombre que has fortalecido.
Ya no nos alejaremos de ti:

consérvanos la vida y alabaremos tu poder.

Respuesta (todos juntos): Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Segunda Lectura:        1 Corintios 1, 3-9

Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según San…”): San Marcos 13, 33-37

Reflexión sobre las lecturas                                               

Esta semana tenemos una reflexión del P. Freddie Byrd, párroco de la Parroquia Santa Ana en Morganfield:

Los simulacros son importantes. De hecho, son tan importantes que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Los niños en la escuela conocen el sonido de una alarma contra incendios. Saben que cuando lo escuchan lo que se supone que deben hacer y cómo se supone que deben reaccionar. Estos simulacros los mantienen alerta en caso de que haya un gran incendio en su edificio.

Los hospitales también tienen simulacros en caso de desastre. Los médicos, las enfermeras y el personal responden al llamado para responder a las necesidades de muchos que vendrán por sus puertas. Estos guerreros deben estar preparados para afrontar el trauma de que la vida y la muerte están en sus manos.

También hay equipos de rescate en las minas de carbón. Estos mineros entrenan no solo para competir con otros equipos, sino para prepararse en caso de que tengan que enfrentar una tragedia.

La temporada de Adviento también es un tiempo de simulación. Es un momento para que nos preparemos para ver a Jesús cuando el Señor regrese. Escuchamos estas palabras del Evangelio de San Marcos: “Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento… No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo.”

¿Cuál creen que es el período más peligroso de tu vida? ¿Cuándo somos los más venerables? ¿Cuándo estamos en mayor peligro?

El período más peligroso de nuestras vidas es mañana. Es cuando empezamos a posponer hasta mañana lo que deberíamos hacer hoy. La procrastinación es el gran pecado de hoy. Empezamos a creer que hay mucho tiempo para hacer todo mañana. Comenzamos a no valorar el tiempo y no lo respetamos. 

El Adviento exige que hagamos la pregunta: ¿Están listo para la segunda venida de Cristo? Si estuvieran 100% seguros de que Cristo vendría al final de la semana, ¿qué harían? Orar más; ir a la confesión; ser amable con tu mamá; hacer las paces con tu hermano o hermana; sonreír; asegurarse de que Dios sepa que lo aman.

¡¿Por qué esperar?! ¿No deberíamos estar haciendo estas cosas y muchas más todos los días? El desafío de estas próximas cuatro semanas de Adviento no se trata de comprar, hornear galletas, envolver regalos, árboles o luces. Estas próximas cuatro semanas son simulacros. Nuestra vida o nuestra muerte está en nuestras propias manos.

Además, también puede encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.

Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios. A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:

                        ¿Qué palabra o frase toca su corazón?

                        ¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?

Oración de los fieles

Líder:                Demos gloria al gran Dios, presentando nuestras necesidades con confianza.

Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”.  Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.

Líder:                Dios de infinita misericordia, escucha las oraciones de tu pueblo, que alaba todas las cosas buenas que vienen de ti, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Respuesta:        Amén.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío,

que estás real y verdaderamente presente

en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas

y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,

más ya que no puedo

hacerlo sacramentalmente,

ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.

Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.

No permitas que me separe de tí. Amén.

Acto de Acción de Gracias

Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150

Rito de conclusión

En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.

Líder:                El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.

Todos se persignan con la señal de la cruz.

Respuesta:        Amén.

Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.

Himno

Ven a nuestro mundo

            Escuchen el canto en YouTube aquí

 

Ven a nuestro mundo, que Tu amor nos salve,

ven a redimirnos, ven Señor, no tardes. (Bis)

 

  1. Que larga es la noche, como el centinela,

que aguarda la aurora, los hombres te esperan;

con la Virgen Madre, te espera la Iglesia.

 

  1. Que bella es la noche, cuajada de estrellas,

si voy de Tu mano, las veo más bellas;

ya pronto se cumplen, Señor Tus promesas.

 

 

 

 

 

Extractos de la traducción al español del Misal Romano, tercera edición © 2014, USCCB – Conferencia Episcopal Mexicana. Todos los derechos reservados.

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Usado con permiso. Traducido por Patti Gutiérrez. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este texto puede reproducirse por ningún medio sin permiso por escrito del propietario de los derechos de autor.