A Statement from Bishop William F. Medley on Situation in Myanmar

(Also available in Burmese and Spanish below)

The Diocese of Owensboro is enriched by the presence of migrants and refugees from the country of Myanmar, also known as Burma.   Last month the military in this country took control in a coup, arresting many democratic political leaders and activists.   Turmoil and uncertainty have followed in the nation.  The immigrants from Myanmar in our diocese and across the United States are heavily burdened by this crisis in their homeland and particularly concerned about relatives and friends living there.

Pope Francis has publicly condemned the coup and called for a peaceful resolution of the conflict and pursuit of the common good.  He has expressed his solidarity with the people of Myanmar. The Catholic bishops of Myanmar have likewise called for all parties to pursue peace and reconciliation.

In solidarity with the people of Myanmar, I wish to join my voice to that of the Holy Father and the local bishops in assuring prayers for a peaceful resolution to the conflict.  I especially offer comfort to the people of Myanmar in our diocese who may be distressed about their families and their nation at this time.

Let us all assure our brothers and sisters of our prayers for an end to the violence and the beginning of a lasting peace.



Comunicado del Obispo Medley sobre Birmania

La diócesis de Owensboro es enriquecida por la presencia de migrantes y refugiados del país de Birmania, también conocido como Myanmar. El mes pasado las fuerzas armadas de este país tomaron el control a través de un golpe de estado. Varios activistas y líderes políticos democráticos fueron arrestados. Los inmigrantes de Birmania en nuestra diócesis y a través de los Estados Unidos están muy acongojados por el peso de la crisis en su país y particularmente preocupados por familiares y amigos viviendo allá.

El Papa Francisco públicamente ha condenado el golpe de estado y hecho un llamado a una resolución del conflicto y la búsqueda del bien común. Él ha expresado su solidaridad con el pueblo de Birmania. Los obispos católicos de Birmania, de igual forma también, han hecho un llamado a los partidos a buscar la paz y la reconciliación.

En solidaridad con el pueblo de Birmania, deseo unir mi voz, a la voz del Santo Padre y los obispos locales asegurándoles de mi oración por una resolución pacífica al conflicto. De manera especial ofrezco mi consuelo a la comunidad Birmana en nuestra diócesis, quienes pudieran sentirse afligidos respecto sus familias y su nación en estos momentos.

Asegurémosle a todos nuestros hermanos y hermanas de nuestras oraciones por un fin a la violencia y por el comienzo de una paz duradera.