Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

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Liturgia de la Palabra

Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

Himno

 

Tú Reinarás

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Tu reinarás, este es el grito

que ardiente exhala nuestra fe.

Tú reinarás. Oh Rey bendito

pues Tú dijiste: “Reinaré”.

 

Reine Jesús por siempre,

reine su corazón.

En nuestra patria, en nuestro suelo

que es de María la nación. (bis)

 

Tú reinarás, dulce esperanza

que el alma llena de placer.

Habrá por fin paz y bonanza

Felicidad habrá doquier.

 

Tú reinarás, dichosa era

dichoso el pueblo de tal Rey.

Será tu Cruz la gran bandera

tu amor será la única ley.

 

  1. X. Moreau. ℗ 2011 OCP. Usado con permiso

Introducción

Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Líder:                            Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.

Bendito sea Dios por siempre.

Todos responden:          Bendito sea Dios por siempre.

Canten o reciten el Gloria juntos:

 

                        Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres que ama al Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,

te damos gracias,

Señor Dios, Rey celestial,

Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo;

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;

tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;

Porque sólo tú eres Santo,

sólo tú Señor,

sólo tú Altísimo, Jesucristo,

con el Espíritu Santo

en la gloria de Dios Padre.

Amén.

Líder:                Oremos.

Dios todopoderoso y eterno,

que quisiste fundamentar todas las cosas

en tu Hijo muy amado, Rey del universo,

concede, benigno,

que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado,

sirva a tu majestad

y te alabe eternamente.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios por los siglos de los siglos.

Lecturas

Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia.  De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/

Primera Lectura:            Ezequiel 34, 11-12. 15-17

Salmo Responsorial:    Salmo 22, 1-2a. 2b-3. 5-6

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace reposar.

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará.

Y hacia fuentes tranquilas me conduce

para reparar mis fuerzas.
Por ser un Dios fiel a sus promesas

me guía por el sendero recto;

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará.

Tú mismo me preparas la mesa,

a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume,

y llenas mi copa hasta los bordes.

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará.

Tu bondad y tu misericordia me acompañaran

todos los días de mi vida;

y viviré en la casa del Señor

por años sin término.

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará.

Segunda Lectura:        1 Corintios 15, 20-26. 28

Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según San…”): Mateo 25, 31-46

Reflexión sobre las lecturas                                               

Esta semana tenemos una reflexión del P. John Okoro, párroco de las parroquias San Ambrosio (Morganfield), San Francisco Borgia (Sturgis) y San Guillermo (Marion):

La celebración anual de la Solemnidad de Cristo Rey marca el final del año litúrgico. A lo largo de este año litúrgico (A), hemos tenido 52 domingos, cada uno de los cuales nos ha dado diferentes y grandes palabras de vida. La fiesta de hoy fue instituida por el Papa Pío XI en 1925 para despertar en la mente de los cristianos la necesidad de luchar contra la peligrosa influencia del secularismo. La humanidad fue llamada a elegir una vez más y someterse a la autoridad de Jesucristo como una forma de entronizar la paz duradera en el mundo. Cuando los israelitas eligieron a Saúl como su propio rey (1 Samuel 8, 6), con la creencia de que él iba a solucionar sus problemas y, por supuesto, rechazaron la soberanía de Dios, pagaron el precio. La humanidad recibió una vez más el llamado a elegir el camino, la verdad y la vida (Juan 14, 6).

En nuestra primera lectura de hoy, el profeta Ezequiel habla de Dios como pastor que continuamente vela por su pueblo: “Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas…. Yo mismo apacentaré a mis ovejas…” Una cosa que es muy notable acerca de esta lectura es que el pronombre personal “yo” aparece seis veces, lo cual es indicativo del interés personal de Dios en Su rebaño. Esto también es para mostrar su determinación de cumplir sus promesas en Jesucristo y en nuestro tiempo. Las promesas de Dios son reales y verdaderas. Él es un rey fiel. Dios no es hombre para que dice cosas falsas, ni humano para que cambie de opinión. ¿Dice él algo sin que lo haga? ¿O habla sin que actúe? (Números 23,19) Nuestro Dios siempre es confiable.

El Profeta aun hablando en nombre de Dios dice: “A la que está gorda y fuerte, la cuidaré” (Ezequiel 34, 16). Hay muchos hoy que se creen inteligentes y viven en la ilusión, olvidando que la única fuente de fortaleza en esta vida es Jesucristo. Las ilusiones deben ser destruidas para que podamos formar una alianza con Dios. Debemos confiar en Dios. Ningún ser humano es fuerte por sí mismo.

En nuestra segunda lectura, San Pablo nos recuerda que el reinado de Jesucristo y su reino. Continuará reinando hasta que venza a la muerte, nuestro último enemigo. Toda la libertad que ustedes y yo disfrutamos hoy es el resultado de Su derrota de Satanás y del pecado a través de Su muerte. Como una forma de mostrarle gratitud, necesitamos ser parte de Su reino y le debemos nuestro homenaje diario y nuestra total resignación a Su voluntad.

Algunos eruditos describen el Evangelio de hoy de San Mateo como “Los Diez Mandamientos del Nuevo Testamento”. Explica lo que se debe y no se debe hacer en la vida cristiana y nos dice que nuestra salvación eterna depende de cómo tratemos a los menos afortunados de la sociedad. San Mateo continúa diciéndonos que la forma en que tratamos a los demás es la forma en que tratamos a Jesús mismo. Esto podría llamarse lo básico de conocer a Jesucristo y lo que le importa. La celebración de Cristo Rey de hoy tendrá sentido si permitimos que Jesucristo reine en nuestros corazones y vidas y, al hacerlo, que reine en nuestro mundo. Siempre anhela entrar en nuestras vidas. Diariamente nos dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo: si uno escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y comeré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3,20). Que Su Bondad y Misericordia permanezcan con nosotros todos los días de nuestras vidas. Y que siempre vivamos como él quiere que vivamos. AMEN.

Además, también puede encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.

Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios. A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:

                        ¿Qué palabra o frase toca su corazón?

                        ¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?

Oración de los fieles

Líder:                Demos gloria al gran Dios, presentando nuestras necesidades con confianza.

Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”.  Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.

Líder:                Dios de infinita misericordia, escucha las oraciones de tu pueblo, que alaba todas las cosas buenas que vienen de ti, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Respuesta:        Amén.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío,

que estás real y verdaderamente presente

en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas

y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,

más ya que no puedo

hacerlo sacramentalmente,

ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.

Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.

No permitas que me separe de tí. Amén.

Acto de Acción de Gracias

Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150

 

Rito de conclusión

En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.

Líder:                El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.

Todos se persignan con la señal de la cruz.

Respuesta:        Amén.

Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.

Himno

Iglesia Peregrina

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Todos unidos formando un solo cuerpo

Un pueblo que en la pascua nació

Miembros de Cristo en sangre redimidos

Iglesia peregrina de Dios

 

Vive en nosotros la fuerza del espíritu

Que el hijo desde el Padre envió

Él nos empuja nos guía y alimenta

Iglesia peregrina de Dios

 

Somos en la tierra

Semilla de otro reino

Somos testimonio de amor

Paz para las guerras

Y luz entre las sombras

Iglesia peregrina de Dios

 

Cesáreo Gabaráin, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Extractos de la traducción al español del Misal Romano, tercera edición © 2014, USCCB – Conferencia Episcopal Mexicana. Todos los derechos reservados.

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este texto puede reproducirse por ningún medio sin permiso por escrito del propietario de los derechos de autor.