22° Domingo del Tiempo Ordinario

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Liturgia de la Palabra

22° Domingo del Tiempo Ordinario

Himno

 

Juntos como Hermanos

            Escuchar el canto en YouTube aquí

Juntos como hermanos

Miembros de una Iglesia

Vamos caminando

Al encuentro del Señor

 

Un largo caminar

Por el desierto bajo el sol

No podemos avanzar

Sin la ayuda del señor

 

Unidos al rezar,

Unidos en una canción

Viviremos nuestra fe

Con la ayuda del Señor

 

La Iglesia en marcha está

A un mundo nuevo vamos ya

Donde reinará el amor

Donde reinará la paz

 

Cesáreo Gabaráin, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.

Introducción

Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Líder:                Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.

Bendito sea Dios por siempre.

Todos responden:          Bendito sea Dios por siempre.

Canten o reciten el Gloria juntos:

 

                        Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres que ama al Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,

te damos gracias,

Señor Dios, Rey celestial,

Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo;

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;

tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;

Porque sólo tú eres Santo,

sólo tú Señor,

sólo tú Altísimo, Jesucristo,

con el Espíritu Santo

en la gloria de Dios Padre.

Amén.

Líder:                Oremos.

Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno,

infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre,

y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida,

hagas crecer el bien

que hay en nosotros

y lo conserves con solicitud amorosa.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios por los siglos de los siglos.

Lecturas

Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia.  De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/

Primera Lectura:            Jeremías 20, 7-9

Salmo Responsorial:    Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9

Respuesta (todos juntos): Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco;

de ti sedienta está mi alma.

Señor, todo mi ser te añora

como el suelo reseco añora el agua.

Respuesta (todos juntos): Señor, mi alma tiene sed de ti.

Para admirar tu gloria y ti poder,

con este afán te busco en tu santuario.

Pues mejor es tu amor que la existencia;

siempre, Señor, te alabarán mis labios.

Respuesta (todos juntos): Señor, mi alma tiene sed de ti.

Podré así bendecirte mientras viva

y levantar en oración mis manos.
De lo mejor se saciará mi alma;

te alabaré con jubilosos labios. 

Respuesta (todos juntos): Señor, mi alma tiene sed de ti.

Porque fuiste mi auxilio,

y a tu sombra, Señor, canto con gozo.
A ti se adhiere mi alma

y tu diestra me de seguro apoyo.

Respuesta (todos juntos): Señor, mi alma tiene sed de ti.

Segunda Lectura:        Romanos 12, 1-2

Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según San…”): Mateo 16, 21-27

Reflexión sobre las lecturas                                               

Esta semana tenemos una reflexión del Diácono Tim Barnes quien ejerce su ministerio en la parroquia de Santos Pedro y Pablo en Hopkinsville:

Esta semana tenemos una reflexión del Diácono Tim Barnes quien ejerce su ministerio en la parroquia de Santos Pedro y Pablo en Hopkinsville:

Contenido en las distintas lecturas en el leccionario, con frecuencia se ofrece un mensaje similar. Las lecturas escogidas para este fin de semana de una manera especial parecen mostrar esto. El profeta Jeremías se dirige a Dios de una manera muy franca. Las palabras expresan amargura y resentimiento. No es muy difícil el entender por qué Jeremías se sentía de este modo. Jeremías fue un profeta que fue enviado a decirle a su pueblo de la destrucción de su tierra, sus hogares. Jeremías comunicó un mensaje difícil y como resultado no era muy popular. Regañaba a la gente por olvidarse de Dios y sus mandamientos. Él compartió un mensaje que era políticamente incorrecto para este tiempo. Jeremías dio un mensaje que la gente no quería escuchar. Y para hacerlo aún menos popular él enfatizaba sobre que el pueblo había abandonado al Señor por otros dioses, que la destrucción que se venía había sido provocada por ellos mismos. No es tan difícil el deducir por qué Jeremías no era muy querido.

Esto provee algo de contexto para la lectura de hoy. La lectura es la oración de Jeremías a Dios. Él expresa su descontento y enojo hacia Dios. Sin embargo, al final su pasión por el Señor y el mensaje de Dios es expresada: “había en mí como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; yo me esforzaba por contenerlo y no podía”. Al final, podemos decir que Jeremías fue un profeta puesto en la tierra para entregar el mensaje de Dios a su pueblo sin importar las dificultades o pruebas. Jeremías sirvió al Señor.

La vida de Pablo tiene por lo menos algunas similitudes a la vida de Jeremías. Pablo proclamó el mensaje del evangelio a muchas personas ansiosas por recibirlo. Sin embargo, el mensaje del evangelio iba en contra de muchos aspectos de la cultura de aquel entonces. El resultado de la fidelidad del san Pablo a su misión es mejor expresado en sus propias palabras:

“…por las veces que estuve prisionero, muchísimo más por los golpes que recibí. Con frecuencia estuve al borde de la muerte, cinco veces fui azotado por los judíos con los treinta y nueve golpes, tres veces fui flagelado, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche en medio del mar. En mis innumerables viajes, pasé peligros en los ríos, peligros de asaltantes, peligros de parte de mis compatriotas, peligros de parte de los extranjeros, peligros en la ciudad, peligros en lugares despoblados, peligros en el mar, peligros de parte de los falsos hermanos, cansancio y hastío, muchas noches en vela, hambre y sed, frecuentes ayunos, frío y desnudez”. (2 corintios 11, 23-27)

En la segunda lectura de hoy, Pablo exhorta a los lectores (nosotros) para presentarnos a Dios como sacrificios vivos. Ciertamente es noble tener el valor de morir por una causa, per Pablo nos exhorta a vivir por nuestra causa – eso es en el evangelio del Señor. Por el testimonio de Jeremías y Pablo, debemos de salir de nuestra zona de confort y ser conformados al evangelio más que a la cultura.

Las palabras del evangelio de hoy están en perfecta sintonía con las palabras de Pablo, “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga”. Supongo que si hubiera una palabra que pudiera amarrar las tres lecturas esa sería sacrificio. El sacrificio ciertamente es un aspecto mayor de la vida cristiana. Pero existe una cosa que nunca se nos pide sacrificar y esa es la alegría. Es extraño que mientras se sigue a Jesús eso pueda incluir dificultades y pruebas, eso resulte en una abundancia de alegría. Rezo para que todos nosotros podamos vivir una vida conformada al evangelio y que nos lleve a una eternidad de alegría.

Además, también puede encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.

Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios. A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:

                        ¿Qué palabra o frase toca su corazón?

                        ¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?

Oración de los fieles

Líder:                Demos gloria al gran Dios, presentando nuestras necesidades con confianza.

Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”.  Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.

Líder:                Dios de infinita misericordia, escucha las oraciones de tu pueblo, que alaba todas las cosas buenas que vienen de ti, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Respuesta:        Amén.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío,

que estás real y verdaderamente presente

en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas

y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,

más ya que no puedo

hacerlo sacramentalmente,

ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.

Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.

No permitas que me separe de tí. Amén.

Acto de Acción de Gracias

Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150

Rito de conclusión

En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.

Líder:                El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.

Todos se persignan con la señal de la cruz.

Respuesta:        Amén.

Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.

Himno

Gracias, Señor

            Escuchen el canto en YouTube aquí

 

Hoy Señor, te damos gracias

Por la vida, la tierra y el sol.

Hoy Señor, queremos cantar

las grandezas de tu amor.

 

Gracias, Padre, mi vida es Tu vida,

Tus manos amasan mi barro,

mi alma es Tu aliento divino,

Tu sonrisa en mis ojos está.

 

Gracias, Padre, Tú guías mis pasos,

Tú eres la luz y el camino,

conduces a Ti mi destino

como llevas los ríos al mar.

 

Gracias Padre, me hiciste a tu imagen,

y quieres que siga tu ejemplo,

brindando mi amor al hermano,

construyendo un mundo de paz.

 

Cesáreo Gabaráin, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.

 

Extractos de la traducción al español del Misal Romano, tercera edición © 2014, USCCB – Conferencia Episcopal Mexicana. Todos los derechos reservados.

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este texto puede reproducirse por ningún medio sin permiso por escrito del propietario de los derechos de autor.