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Domingo de la Divina Misericordia
Himno
AMOR ES VIDA
1.Amor es vida, vida es alegría;
quien nunca amó vivió sin ilusión.
Alegres cantan sus melodías
las ansiedades del corazón. (x2)
Alegre estoy, cantando voy
Este es el día que hizo el señor. (x2)
2.Yo soy feliz por cada día nuevo
por la ilusión de ver amanecer
por las estrellas y por el cielo
por la alegría de renacer. (x2)
3.Por los caminos áridos del mundo
busco la huella de un amor feliz.
Soy peregrino soy vagabundo
un cielo eterno brilla hoy en mí. (x2)
Canto Tradicional, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.
Introducción
Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Líder: Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.
Bendito sea Dios por siempre.
Todos responden: Bendito sea Dios por siempre.
Canten o reciten el Gloria juntos:
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama al Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo;
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Líder: Oremos.
Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre
al verse renovado y rejuvenecido,
para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la dignidad de su adopción filial,
aguarde seguro con gozosa esperanza
el día de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios por los siglos de los siglos.
Lecturas
Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia. De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/.
Primera Lectura: Hechos 2, 14. 22-33
Salmo Responsorial: Salmo 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11
Respuesta (todos juntos): Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Protégeme, Dios mío, pues eres me refugio
Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia:
mi vida está en sus manos.
Respuesta (todos juntos): Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor
y con él a mi lado, jamás tropezaré.
Respuesta (todos juntos): Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Por eso se me alegran el corazón y el alma
y mi cuerpo vivirá tranquilo,
porque tú no me abandonarás a la muerte
ni dejarás que sufra yo la corrupción.
Respuesta (todos juntos): Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Enséñame el camino de la vida,
sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti.
Respuesta (todos juntos): Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Segunda Lectura: 1 Pedro 1, 17-21
Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según …”): Lucas 24, 13-35
Reflexión sobre las lecturas
Esta semana tenemos una reflexión de la Hna. Amelia Stenger, OSU, Líder Congregacional para las Hermanas Ursulinas del Monte San José.
Las lecturas de esta tercera semana de Pascua están llenas de acción. En la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud proclamando la resurrección de Jesús. Ya no tiene miedo. En la segunda lectura, Pedro les dice a las personas que vivan siempre con temor filial durante su peregrinar por la tierra porque han sido rescatados por la sangre de Jesucristo. Han sido salvados. Incluso la Aclamación del Evangelio dice: “Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas.” Le pedimos a Jesús que nos dé la valentía para actuar como lo hicieron los discípulos después de su resurrección. Para llevar las lecturas a la culminación de la acción, la historia de los discípulos en el camino a Emaús revela a Jesús al partir el pan.
¿Pueden imaginar cómo pudo haber sido para esos dos discípulos mientras iban de camino? Probablemente estaban asustados, preocupados y desconcertados por lo que habían escuchado. No entendían lo que decían las mujeres. ¿Cómo pudo Jesús haber resucitado? Sabían que lo habían matado. ¿Cómo puede ser posible?
Luego se encuentran con un extraño que aparentemente no sabe nada de lo que sucedió. Explican lo que ha sucedido y cómo están tan emocionados de que Jesús esté vivo. No reconocen a Jesús. (En verdad, Jesús fue el único que realmente entendía todos los eventos que habían sucedido).
No fue hasta que estaban sentados a la mesa durante la noche con él cuando él partió el pan y lo compartió, que finalmente reconocieron a Jesús. ¿Pueden imaginar su asombro y felicidad? Lo reconocen y luego desaparece.
El acto ordinario de partir el pan y compartirlo les ayudó a recordar el sentimiento de comunidad que habían experimentado con Jesús cuando multiplicó los panes, cuando transformó el agua en vino y compartió pescado con ellos en la orilla del lago de Galilea. Los había alimentado en mente y alma.
¿Cómo nos lleva esto a una mejor comprensión de nuestras vidas hoy? ¿Podemos ampliar nuestra idea de comunión para comprender más profundamente el significado de esta escena en el Evangelio? Jesús viene a nosotros cuando nos unimos como el pueblo de Dios. Nos unimos, a veces quebrantados y en necesidad de sanación. Jesús está allí para darnos el pan que nos puede sanar. Jesús está allí cuando nos unimos como su cuerpo, la Iglesia. Jesús está allí para acompañarnos en nuestros caminos tal como lo hizo con los dos discípulos en el camino a Emaús. Solo necesitamos permitirle que abra nuestros corazones y nuestras mentes como lo hizo con esos discípulos.
Durante varias semanas no hemos podido reunirnos para recibir a Jesús como el pan de vida debido al distanciamiento social. Qué alegría será cuando podamos una vez más unirnos y compartir de nuevo a Jesús en la fracción del pan en nuestras liturgias. Esa fracción del pan será una celebración alegre.
Además, también pueden encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.
Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios. A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:
¿Qué palabra o frase toca su corazón?
¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?
Oración de los fieles
Líder: El Hijo de Dios quien nos invita a vivir por su Luz está listo para expulsar nuestra oscuridad. Vamos a invocarlo en nuestras necesidades.
Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”. Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.
Líder: Inclina tu oído misericordioso a nuestras oraciones, te pedimos, oh Señor, y escucha con bondad las súplicas de quienes te invocan. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Respuesta: Amén.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío,
que estás real y verdaderamente presente
en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas
y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,
más ya que no puedo
hacerlo sacramentalmente,
ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.
Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.
No permitas que me separe de tí. Amén.
Acto de Acción de Gracias
Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150
Rito de conclusión
En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.
Líder: El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.
Todos se persignan con la señal de la cruz.
Respuesta: Amén.
Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.
Himno
Resucitó
Resucitó, resucitó,
Resucitó, ¡Aleluya!
Aleluya, aleluya,
Aleluya, ¡Resucitó!
La muerte,
Dónde está la muerte,
Dónde está mi muerte,
Dónde su victoria.
Gracias,
Sean dadas al Padre,
Que nos pasó a Su Reino,
Donde se vive de Amor.
Alegría,
Alegría, hermanos,
Que si hoy nos queremos,
Es que Resucitó.
Kiko Argüello, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.