IV Domingo de Pascua

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Liturgia de la Palabra

Himno

Aclamemos al Señor

                Escuchen el canto en YouTube aquí

Aclamemos al Señor con alegría, habitantes de toda la tierra.

Aclamemos al Señor con alegría, habitantes de toda la tierra.

  1. Entrad en su presencia con cantares, cantares de alegría a nuestro Dios.

Entrad en su presencia con cantares, cantares de alegría a nuestro Dios.

  1. Sabed que el Señor es nuestro Dios que Él nos hizo y somos suyos.

Sabed que somos su pueblo y las ovejas de su rebaño.

  1. Entrad por sus puertas dando gracias, cantos de alabanza y gratitud.

Cantad al Señor con alegría, bendiciendo siempre el nombre del Señor.

  1. Bondadoso el Señor. Sí, eterno es su amor.

Bondadoso el Señor, su lealtad por los siglos permanece.

Mary Frances Reza, ℗ 2011 OCP, publicado por OCP. Usado con permiso.

Introducción

Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Líder:                Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.

Bendito sea Dios por siempre.

Todos responden:          Bendito sea Dios por siempre.

Canten o reciten el Gloria juntos:

 

                        Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres que ama al Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,

te damos gracias,

Señor Dios, Rey celestial,

Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo;

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;

tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;

Porque sólo tú eres Santo,

sólo tú Señor,

sólo tú Altísimo, Jesucristo,

con el Espíritu Santo

en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

Líder:                Oremos.

Dios todopoderoso y eterno,

te pedimos que nos lleves a gozar
de las alegrías celestiales,

para que tu rebaño,
a pesar de su fragilidad,

llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor.

Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios por los siglos de los siglos.

Lecturas

Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia.  De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/

Primera Lectura: Hechos 2, 14a. 36-41

Salmo Responsorial: Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará. Aleluya.

El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace reposar

en verdes praderas me hace reposar

y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará. Aleluya.

Por ser un Dios fiel a sus promesas,

me guía por el sendero recto;

así, aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú estás conmigo,

tu vara y tu cayado

me dan seguridad.

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará. Aleluya.

Tú mismo me preparas la mesa,

a despecho de mis adversarios;

me unges la cabeza con perfume

y llenas mi copa hasta los bordes.

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará. Aleluya.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán

todos los días de mi vida;

y viviré en la casa del Señor

por años sin término.

Respuesta (todos juntos): El Señor es mi pastor, nade me faltará. Aleluya.

Segunda Lectura: 1 Pedro 2, 20b-25

Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según San…”): Juan 10, 1-10

Reflexión sobre las lecturas

Esta semana tenemos una reflexión de Hna. Anthonia Asayoma, OSF (Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción):

El Cuarto Domingo de Pascua también es el Domingo del Buen Pastor. Siendo el Domingo del Buen Pastor, está designado como la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Hoy tenemos presente el orar por las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. Como esto está arraigado en la vocación a la vida matrimonial, también debemos esforzarnos por orar por los padres de familia porque ellos son los primeros buenos pastores de sus respectivas familias, la iglesia doméstica.

En el Antiguo Testamento, Dios es representado en la figura del Pastor (Salmo 22). Dios se manifiesta y se revela de manera gradual a la raza humana y así mostrar su amor y cuidado. Esta revelación se hizo más clara y fundamentada en Jesucristo. Hoy, como podemos leer en el Evangelio, Jesús viene a nosotros como el Buen Pastor.

Como el Buen Pastor, Jesús es la puerta para llegar al Padre. Él ha venido para llevarnos a Dios su Padre y nuestro Padre. Los judíos que se oponían a Jesús no pudieron ver a Jesús en esta imagen figurativa. No podían aludir a Jesús con esta verdad simbólica. Los fariseos distorsionaron la verdad anunciada por los profetas. Como Buen Pastor, Jesús dio su vida por sus ovejas. Quienes respondan a esta llamada serán los beneficiarios de este especial privilegio.

La primera lectura de hoy nos recuerda los eventos que ocurrieron antes de la crucifixión de Cristo. Un recuerdo de lo que sucedió entre Pedro y Jesús el Viernes Santo. Pedro negó a Jesucristo. Pedro no permitió que sus acciones terminaran con la negación, sino lloró y pidió perdón (Lucas 22, 59-62). Hoy se observa este mismo Pedro instruyendo a las personas a pedir perdón por sus pecados. Pedro, más tarde, después de la resurrección afirmó tres veces su amor por Jesús (Juan 21, 15-17). Entonces, Pedro estaba conectado con el pueblo de Jerusalén al negar y aceptar a Cristo y quiere que compartan igualmente su don salvífico. Los que cedieron al llamado de Pedro fueron bautizados y añadidos al redil de Cristo. Fueron llamados a ver a Cristo como su modelo al dejar atrás el pecado y buscar la justicia (segunda lectura).

Jesús como la puerta, significa que solo a través de él, podemos llegar y tener acceso al Padre. Jesús ha venido a mostrarnos el camino al Padre. Él ha venido a demostrarnos cómo es Dios, en amor y en compasión. Él es la única puerta que conduce a Dios. Él es la piedra que desecharon los constructores, pero se ha convertido en la piedra angular (Salmo 117, 22). Como Pastor, ha venido para que tengamos vida en abundancia, sacrificando su vida por nosotros. Entonces, necesitamos saber quién es Cristo y seguirlo para experimentar una vida en abundancia.

Por lo tanto, construyamos una fuerte relación de fe al lado de Jesús, el Buen Pastor. Necesitamos buscar conocerlo más íntimamente. La fe en Jesús nos ayuda. Jesús como Buen Pastor está lleno de compasión, misericordia y amor.

Además, también puede encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.

Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios.  A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:

                        ¿Qué palabra o frase toca su corazón?

                        ¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?

Oración de los fieles

Líder:                El Hijo de Dios quien nos invita a vivir por su Luz está listo para expulsar nuestra oscuridad. Vamos a invocarlo en nuestras necesidades.

Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”.  Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.

Líder:                Inclina tu oído misericordioso a nuestras oraciones, te pedimos, oh Señor, y escucha con bondad las súplicas de quienes te invocan.  Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Respuesta:        Amén.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío,

que estás real y verdaderamente presente

en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas

y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,

más ya que no puedo

hacerlo sacramentalmente,

ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.

Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.

No permitas que me separe de ti. Amén.

Acto de Acción de Gracias

Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150

Rito de conclusión

En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.

Líder:                El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.

Todos se persignan con la señal de la cruz.

Respuesta:        Amén.

Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.

Himno

Somos su Pueblo y Ovejas

                Escuchen el canto en YouTube aquí

 

Somos su pueblo y ovejas de su rebaño, de su rebaño.

Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

 

  1. Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría.

Aclama al Señor, tierra entera, entren en su presencia con vítores.

  1. Sepan que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos.

Sepan que el Señor es Dios y somos ovejas de su rebaño.

  1. El Señor es bueno, su misericordia es eterna,

Su fidelidad por todas las edades.

 

Lourdes Montgomery, ℗ 2011 OCP, publicado por OCP. Usado con permiso.