12° Domingo del Tiempo Ordinario

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Himno

 

Caminaré

            Escuchen el canto en YouTube aquí

 

Caminaré en presencia del Señor.

Caminaré en presencia del Señor

 

Amo al Señor, porque escucha mi

Voz suplicante,

Porque inclina su oído hacia mí

El día que lo invoco.

 

Me envolvían redes de muerte,

Caí en tristeza y en angustia.

Invoqué el nombre del Señor;

“Señor, salva mi vida”.

 

El Señor es benigno y justo,

Nuestro Dios es compasivo.

El Señor guarda a los sencillos,

Estando yo sin fuerzas me salvó.

 

Alma mía, recobra tu calma,

Que el Señor fue bueno contigo.

Arrancó mi alma de la muerte,

Mis ojos de las lágrimas,

Mis pies de la caída.

 

Juan A. Espinosa, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.

Introducción

Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Líder:                            Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.

Bendito sea Dios por siempre.

Todos responden:          Bendito sea Dios por siempre.

Canten o reciten el Gloria juntos:

 

                        Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres que ama al Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,

te damos gracias,

Señor Dios, Rey celestial,

Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo;

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;

tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;

Porque sólo tú eres Santo,

sólo tú Señor,

sólo tú Altísimo, Jesucristo,

con el Espíritu Santo

en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

Líder:                Oremos.

Señor, concédenos vivir siempre

en el amor y respeto a tu santo nombre,

ya que jamás dejas de proteger

a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios por los siglos de los siglos.

Lecturas

Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia.  De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/

Primera Lectura: Jeremías 20, 10-13

Salmo Responsorial: Salmo 68, 8-10. 14 y 17. 33-35

Respuesta (todos juntos): Escúchame, Señor, porque eres bueno.

Por ti he sufrido oprobios
y la vergüenza cubre mi semblante.
Extraño soy y advenedizo,

aun para aquellos de mi propia sangre;

pues me devora el celo de tu casa,

el odio del que te odia, en mí recae.

 

Respuesta (todos juntos): Escúchame, Señor, porque eres bueno.

A ti, Señor, elevo mi plegaria,

ven en mi ayuda pronto;
escúchame conforme a tu clemencia,

Dios fiel en el socorro.
Escúchame, Señor, pues eres bueno

y en tu ternura vuelve a mí tus ojos.

Respuesta (todos juntos): Escúchame, Señor, porque eres bueno.

Se alegrarán, al verlo, los que sufren;

quienes buscan a Dios tendrán más ánimo,

porque el Señor jamás desoye al pobre

ni olvida al que se encuentra encadenado.

Que lo alaben por esto cielo y tierra,

el mar y cuanto en él habita.

 

Respuesta (todos juntos): Escúchame, Señor, porque eres bueno.

Segunda Lectura: Romanos 5, 12-15

Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según San…”): Mateo 10, 26-33

Reflexión sobre las lecturas

Esta semana tenemos una reflexión del P. Greg Trawick, párroco de la Parroquia de San Esteban en Cádiz, y la Parroquia de San Enrique en Hardin:

Al final de una cita con un especialista que realmente respeto, me dijo que yo tenía que salir de todo el estrés. Sonreí y le pregunté cómo él estaba logrando hacer esto. Él me devolvió la sonrisa y dijo: “Nos vemos en la próxima visita”.  Este recuerdo me vino a la mente cuando leí el evangelio de hoy: “No teman a los hombres…. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo”. ¿Cómo podemos acoger completamente esta garantía del Señor y verla como algo que es posible hacer?

Hay alrededor de 365 citas en toda la Biblia que dicen… “No temas/no tengas miedo”.  Sin embargo, vemos al profeta Jeremías lleno de miedo y clamando con angustia a Dios. Le pide a Dios que venza a los que están en su contra. Él llama a Dios un guerrero poderoso, quien les mostrará la verdad de que él está siguiendo a Dios. A lo largo de la Biblia vemos a otros huyendo de Dios, por temor a lo que les está pidiendo y por temor a que las personas los ataquen. Sin embargo, muchos se detuvieron y escucharon al Señor, y a pesar de su miedo, siguieron al Señor y trajeron luz y esperanza a muchos.

Vemos a José cuando supo que María estaba embarazada. El hecho lo perturbó y decidió separarse de ella en secreto. Sin embargo, el ángel se le apareció en sueños y le dijo “no tengas miedo”. Él escuchó. Él fue parte del comienzo del mayor regalo que recibió la humanidad, nuestro Salvador que vino a enseñar y que murió en la cruz por nuestra salvación.

El miedo trae angustia y preocupación. Es una respuesta a las amenazas a nuestra seguridad y vida y a las de nuestros seres queridos. ¿Luchamos o huimos? Podemos llegar a ser como una tortuga que se esconde dentro de sí para protegerse. Pero, ¿podemos escuchar las palabras del Señor de no tener miedo y confiar en él?

Después de dejar al especialista, me confesé a mí mismo la verdad de que nunca podría vivir una vida libre de estrés. Sin embargo, puedo tomar decisiones para aliviar la presión que pone sobre mí. Esto significa seguir los conceptos básicos que todos conocemos. Necesito una vida equilibrada de oración, descanso, comida sana, ejercicio, diversión, tiempo con amigos y familiares. Al meditar en el llamado del Señor a “no temer”, también necesitamos reevaluar cómo entendemos la presencia de Dios en nuestras vidas, incluso en medio de las pruebas.

Jesús nos llama a recordar la verdad más importante: Dios nos ama mucho. Después de todo, Dios nos ha contado hasta los cabellos de la cabeza y valemos mucho más que todos los pájaros del mundo. El mundo puede considerarnos como inútiles, pero Dios no piensa así. En 1 Juan 4,19 dice: “Amemos, pues, ya que él nos amó primero.” Y hoy en Romanos escuchamos: “Pues si por el pecado de uno solo hombre (Adán) todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios”. En otras palabras, la muerte y resurrección de Jesús trajo la sanación y la misericordia que buscamos y necesitamos. Dios nunca nos abandona, siempre está con nosotros.

La oscuridad del miedo es real. Sin embargo, es vencido por el Señor. La oscuridad en la oración es real. Sin embargo, en la oscuridad estamos llamados a recordar que el amor es algo que se elige, no un sentimiento pasajero. En el tiempo de oscuridad en la oración, Dios nos está llamando a profundizar nuestra confianza en él para que podamos experimentar su amor de una manera más grande.

Escuchen el llamado de Cristo para proclamar el maravilloso amor y la misericordia de Dios. Apártense de la oscuridad del miedo y recuerden la verdad de que todo amor, paz, esperanza y alegría provienen de Dios.  

Además, también pueden encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.

Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios.  A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:

                        ¿Qué palabra o frase toca su corazón?

                        ¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?

Oración de los fieles

Líder:                Demos gloria al gran Dios, presentando nuestras necesidades con confianza.

Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”.  Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.

Líder:                Dios de infinita misericordia, escucha las oraciones de tu pueblo, que alaba todas las cosas buenas que vienen de ti, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Respuesta:        Amén.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío,

que estás real y verdaderamente presente

en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas

y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,

más ya que no puedo

hacerlo sacramentalmente,

ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.

Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.

No permitas que me separe de tí. Amén.

Acto de Acción de Gracias

Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150

Rito de conclusión

En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.

Líder:                El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.

Todos se persignan con la señal de la cruz.

Respuesta:        Amén.

Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.

Himno

El Señor es mi fuerza

            Escuchen el canto en YouTube aquí

 

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación.

 

  1. Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad.

Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré.

 

  1. Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz.

Aunque pase por valles de tinieblas, yo nunca temeré.

 

  1. Yo confío el destino de mi vida al Dios de mi salud.

A los pobres, enseñas el camino, su escudo eres Tú.

 

  1. El Señor es la fuerza de su pueblo, su gran libertador.

Tú le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.

 

Juan A. Espinosa, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.