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Liturgia de la Palabra – 17° Domingo del Tiempo Ordinario
Himno
El Señor es mi fuerza
Escuchen el canto en YouTube aquí
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación.
- Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad.
Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré.
- Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz.
Aunque pase por valles de tinieblas, yo nunca temeré.
- Yo confío el destino de mi vida al Dios de mi salud.
A los pobres, enseñas el camino, su escudo eres Tú.
- El Señor es la fuerza de su pueblo, su gran libertador.
Tú le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.
Juan A. Espinosa, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.
Introducción
Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Líder: Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.
Bendito sea Dios por siempre.
Todos responden: Bendito sea Dios por siempre.
Canten o reciten el Gloria juntos:
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama al Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo;
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Líder: Oremos.
Oh Dios, protector de los que en ti esperan
y sin el que nada es fuerte ni santo;
multiplica sobre nosotros tu misericordia,
para que, instruidos y guiados por ti,
de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros
que podamos adherirnos ya
a los eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios por los siglos de los siglos.
Lecturas
Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia. De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/.
Primera Lectura: 1 Reyes 3, 5. 7-12
Salmo Responsorial: Salmo 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130
Respuesta (todos juntos): Yo amo, Señor, tus mandamientos.
A mí, Señor, lo que me toca
es cumplir tus preceptos.
Para mí valen más tus enseñanzas
que miles de monedas de oro y plata.
Respuesta (todos juntos): Yo amo, Señor, tus mandamientos.
Señor, que tu amor me consuele,
conforme a las promesas que me has hecho.
Muéstrame tu ternura y viviré,
porque en tu ley he puesto mi contento.
Respuesta (todos juntos): Yo amo, Señor, tus mandamientos.
Amo, Señor, tus mandamientos
más que el oro purísimo;
por eso tus preceptos son mi guía
y odio toda mentira.
Respuesta (todos juntos): Yo amo, Señor, tus mandamientos.
Tus preceptos, Señor, son admirables,
por eso yo los sigo.
La explicación de tu palabra
da luz y entendimiento a los sencillos.
Respuesta (todos juntos): Yo amo, Señor, tus mandamientos.
Segunda Lectura: Romanos 8, 28-30
Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según San…”): Mateo 13, 44-52
Reflexión sobre las lecturas
Esta semana tenemos una reflexión del Diácono Cristóbal Gutiérrez, Director del Ministerio Hispano para la Diócesis de Owensboro y Diácono en la Parroquia San Miguel en Sebree:
Dios, concédenos la Sabiduría que viene de ti.
¿Cómo discernir y saber cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas? La primera lectura de este XVII domingo de tiempo ordinario nos da una clave importantísima. El rey Salomón en su oración, no pide más que “sabiduría de corazón” para saber distinguir entre bien y mal y poder gobernar. Es un hermoso diálogo entre Dios y Salomón que llama la atención ya que se observa como a Dios le agrada que no le presentara toda una lista de súplicas o demandas sino más bien simplemente pidiera sabiduría. Claro, sabemos bien que nuestro Señor Jesucristo nos anima a pedir para que se nos dé, a buscar para encontrar y a tocar para que se nos abra. Sin embargo, es importante recordarnos que a Dios le agrada que pidamos esa sabiduría que Él ofrece para saber cómo continuar nuestras vidas.
Yo me atrevería a decir incluso, que parte de ese tesoro escondido del que habla el evangelio de hoy es encontrar esa sabiduría que viene de Dios. El darnos cuenta, el abrirnos y poseer la sabiduría que viene de Dios nos lleva al abrazo del Reino.
Vivimos tiempos difíciles mis hermanos. Vivimos en un tiempo de mucho temor, ruido y opiniones contrapuestas. Especialmente para aquellos a quienes nos gusta estar al pendiente de las noticias o medios de comunicación social; creo nos vendría bien el hacer una pausa y observar la actitud de Salomón. Ha llegado el momento en que debemos reforzar nuestra relación de intimidad con Dios en la oración, y así poder como Salomón saber discernir lo mejor tanto para nosotros como para nuestras familias.
Como podemos observar, Jesús este fin de semana sigue utilizando simples ejemplos, hermosas parábolas para ilustrar y ayudarnos a entender aquello que es lo más esencial. ¿Queremos el Reino? Si la respuesta es ¡Sí!, entonces descubrámoslo presente en el terreno de nuestras vidas y dejemos ir todo lo demás por ese reino. ¿Existe alguna perla temporal aun presente en nuestras vidas que nos estorba? Vendamos y dejemos ir esa perla temporal y compremos la fina que es ese Reino.
En fin, ya nada más para cerrar. Este fin de semana nos ayudaría el huir un poco más del ruido del mundo y buscar la sabiduría de Dios que solo en el silencio se puede encontrar. Nos vendría bien tanto para nuestra salud emocional como espiritual, apropiarnos las prácticas de claustro como muchos hermanos y hermanas de esta vocación.
Que Dios nos conceda paz.
Además, también puede encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.
Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios. A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:
¿Qué palabra o frase toca su corazón?
¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?
Oración de los fieles
Líder: Demos gloria al gran Dios, presentando nuestras necesidades con confianza.
Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”. Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.
Líder: Dios de infinita misericordia, escucha las oraciones de tu pueblo, que alaba todas las cosas buenas que vienen de ti, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Respuesta: Amén.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío,
que estás real y verdaderamente presente
en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas
y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,
más ya que no puedo
hacerlo sacramentalmente,
ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.
Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.
No permitas que me separe de tí. Amén.
Acto de Acción de Gracias
Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150
Rito de conclusión
En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.
Líder: El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.
Todos se persignan con la señal de la cruz.
Respuesta: Amén.
Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.
Himno
Con Amor Jovial
Escuchen al canto en YouTube aquí.
Con amor jovial, te glorificamos. Tu cariño ha sido evidente ayer.
Y al trabajar juntos, mano a mano, compartimos sueños del plan celestial.
Siempre fieles a tu amor traeremos tu reino a luz.
Tú nos inspiras en nuestra misión, queremos traer tu mensaje de amor.
Todos tenemos un don que aportar, guíanos, oh Señor.
Embajadores del reino de Dios, cada individuo importa en el plan.
Mezcla divina que eleva su voz y anuncia tu salvación.
Vamos al mundo usando el poder para servir a la comunidad.
Nuestra tarea nos une a tu ser, dándonos santidad.
Jaime Cortez, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.
Extractos de la traducción al español del Misal Romano, tercera edición © 2014, USCCB – Conferencia Episcopal Mexicana. Todos los derechos reservados.
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este texto puede reproducirse por ningún medio sin permiso por escrito del propietario de los derechos de autor.