26° Domingo del Tiempo Ordinario

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Liturgia de la Palabra

26° Domingo del Tiempo Ordinario

Himno

 

Caminaré

            Escuchen el canto en YouTube aquí

 

Caminaré en presencia del Señor.

Caminaré en presencia del Señor

 

Amo al Señor, porque escucha mi

Voz suplicante,

Porque inclina su oído hacia mí

El día que lo invoco.

 

Me envolvían redes de muerte,

Caí en tristeza y en angustia.

Invoqué el nombre del Señor;

“Señor, salva mi vida”.

 

El Señor es benigno y justo,

Nuestro Dios es compasivo.

El Señor guarda a los sencillos,

Estando yo sin fuerzas me salvó.

 

Alma mía, recobra tu calma,

Que el Señor fue bueno contigo.

Arrancó mi alma de la muerte,

Mis ojos de las lágrimas,

Mis pies de la caída.

 

Juan A. Espinosa, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.

 

Introducción

Todos se persignan con la señal de la cruz diciendo, “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Líder:                Alabemos a Dios, quien llena nuestros corazones y nuestro hogar con la paz.

Bendito sea Dios por siempre.

Todos responden:          Bendito sea Dios por siempre.

Canten o reciten el Gloria juntos:

 

                        Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres que ama al Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,

te damos gracias,

Señor Dios, Rey celestial,

Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo;

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;

tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;

Porque sólo tú eres Santo,

sólo tú Señor,

sólo tú Altísimo, Jesucristo,

con el Espíritu Santo

en la gloria de Dios Padre.

Amén.

Líder:                Oremos.

Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable

sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia,

multiplica tu gracia sobre nosotros,

para que, apresurándonos hace lo que nos prometes,

nos hagas partícipes de los bienes celestiales.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios por los siglos de los siglos.

Lecturas

Se recomienda que alguien que no sea el líder proclame las lecturas del día de una Biblia.  De lo contrario, las lecturas diarias se pueden encontrar en http://www.usccb.org/bible/lecturas/

Primera Lectura:            Ezequiel 18, 25-28

Salmo Responsorial:    Salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9

Respuesta (todos juntos): Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos,

guíanos con la verdad de tu doctrina.

Tú eres nuestro Dios y salvador

y tenemos en ti nuestra esperanza.

Respuesta (todos juntos): Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Acuérdate, Señor, que son eternos

tu amor y tu ternura.
Según ese amor y esa ternura,

acuérdate de nosotros.

Respuesta (todos juntos): Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Porque el Señor es recto y bondadoso

indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes

y descubre a los pobres sus caminos.

Respuesta (todos juntos): Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Segunda Lectura:        Filipenses 2, 1-11

Evangelio (Todos se ponen de pie para la lectura del Evangelio. Un laico omite el saludo, “El Señor esté con ustedes” y procede a “Una lectura del santo Evangelio según San…”): Mateo 21, 28-32

Reflexión sobre las lecturas                                               

Esta semana tenemos una reflexión de Charlie Hardesty, Director del Ministerio con Adolescentes y con Jóvenes Adultos de la Diócesis de Owensboro:

¿Qué tipo de persona quieres ser?

El fin de semana pasado mi hijo y mi hija empezaron a jugar futbol nuevamente por primera vez desde el inicio de la pandemia. Por supuesto, hacía falta entrenamiento a todos los jugadores y les faltaba aire durante los partidos. Al terminar los partidos, quise afirmar a mi hijo por su esfuerzo en el campo de juego e incluso ofrecerle unos consejos de lo que podría hacer para mejorar. Mientras caminábamos al carro, vio un jugador del otro equipo, lo cual habíamos vencido fácilmente. Mi hijo Nolan no conocía al otro joven, pero sin titubeo felicitó a su oponente y le dijo que había jugado bien durante el partido. Y de pronto, todos los consejos que le quise dar a mi hijo para mejorar su juego ya no me importaban tanto como padre. Me llené de orgullo por el tipo de persona que es mi hijo en lugar de fijarme en cómo había jugado.  

La perfección puede ser una fuerza muy fuerte en la sociedad de hoy. Queremos hacer las cosas bien, agradar a los demás, caer bien a los demás, tener éxito y lograr las metas. No hay nada malo con la mayoría de estas motivaciones hasta el punto en que perdamos de vista el hecho de que la perfección verdadera es inalcanzable. Somos destinados a fallar una y otra vez. La presión de la perfección, en su forma extrema, puede encaminarnos a una vida falsa, una apariencia, pintando una imagen de nuestras vidas que no es real, haciendo trampas para salir adelante, e incluso deseando el fracaso de otras personas alrededor nuestro.

En el Evangelio de hoy, escuchamos de dos hijos. El primero se equivocó rápidamente por fuera, pero por dentro se conmovió hacer el bien. El segundo fue capaz de fingir lo bueno por fuera, pero por dentro no se conmovió hacer lo correcto. Ambos tenían sus errores, pero el primero rápidamente se puso a pensar y luego hizo lo correcto. Por dentro estuvo orientado a escuchar a su padre y hacer lo correcto. Al escoger de esa forma, se nota que dejó su propio deseo para hacer lo que se le pidió.

Quisiera saber más sobre la historia de los dos hijos. Me pregunto qué es lo que le causó al primer hijo decirle que no a su padre a la primera cuando le pidió ir a trabajar en su viña. Pero de todas formas se deshizo su egoísmo inmediato cuando luego decidió que era mejor enfocarse en lo que se le pidió.  

Cuando dejamos de vivir según nuestro llamado, cuando en el momento tomamos malas decisiones, motivados por el temor o el egoísmo o lo que sea, eso no tiene que ser el final de nuestra historia. Siempre existe la oportunidad de reorientar nuestro enfoque y escoger amar de una forma que le llenará de orgullo a nuestro Padre celestial. 

Además, también puede encontrar reflexiones en inglés en video de la USCCB sobre las lecturas aquí: http://www.usccb.org/bible/reflections/.

 

Tomen un período de silencio para reflexionar sobre la Palabra de Dios. A lo mejor les gustaría hacer las siguientes preguntas:

                        ¿Qué palabra o frase toca su corazón?

                        ¿Cómo pueden aplicar este mensaje a su vida diaria?

Oración de los fieles

Líder:                Demos gloria al gran Dios, presentando nuestras necesidades con confianza.

Ustedes o los miembros de su familia pueden ser invitados a decir sus intercesiones en voz alta, a lo que todos responden: “Señor, escucha nuestra oración”.  Sería bueno incluir una oración por el fin de la pandemia del coronavirus y un regreso a la Eucaristía dominical pública.

Líder:                Dios de infinita misericordia, escucha las oraciones de tu pueblo, que alaba todas las cosas buenas que vienen de ti, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Respuesta:        Amén.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío,

que estás real y verdaderamente presente

en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas

y deseo, en este momento, recibirte sacramentalmente,

más ya que no puedo

hacerlo sacramentalmente,

ven, por lo menos, espiritualmente a mi corazón.

Te abrazo como si ya estuvieras ahí, y me uno completamente a ti.

No permitas que me separe de tí. Amén.

Acto de Acción de Gracias

Hagan una oración de acción de gracias. Esta puede ser su propia oración personal de acción de gracias, un cántico de alabanza de las Escrituras, o pueden elegir uno de los siguientes Salmos: Salmo 100; Salmo 113; Salmo 118, 1-4. 19-29; Salmo 136; Salmo 150

Rito de conclusión

En solidaridad con nuestra diócesis, aquí podrían incluir la oración del Papa Francisco a María por la protección contra el coronavirus encontrada al comienzo del Suplemento de Oración de la Diócesis de Owensboro.

Líder:                El Señor nos bendiga, y nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna.

Todos se persignan con la señal de la cruz.

Respuesta:        Amén.

Como una opción aquí, podrían agregar “Démonos un signo de la paz” extendiendo un signo de la paz de Cristo a sus seres queridos mediante un abrazo, un beso o lo que sea más apropiado para su situación.

Himno

Un Mandamiento Nuevo

            Pueden escuchar el canto en YouTube aquí

 

Un mandamiento nuevo nos da el Señor,

que nos amemos todos como nos ama Dios.

 

La señal de los cristianos

es amarnos como hermanos.

 

Perdonemos al hermano

como Cristo nos perdona.

 

Donde existe amor fraterno

Cristo está y está su Iglesia.

 

Amar es estar al lado

del que es pobre y olvidado.

 

En la vida y en la muerte

Dios nos ama para siempre.

 

Dominic MacAller, ℗ 2011 OCP. Usado con permiso.

 

 

 

 

Extractos de la traducción al español del Misal Romano, tercera edición © 2014, USCCB – Conferencia Episcopal Mexicana. Todos los derechos reservados.

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este texto puede reproducirse por ningún medio sin permiso por escrito del propietario de los derechos de autor.