La diócesis requiere que todos los menores en una escuela Católica o en algún programa de formación de fe en una parroquia reciban entrenamiento sobre seguridad cada año, el cual incluye temas de prevención de abuso sexual y la necesidad de notificar si existen situaciones de abuso. Los únicos casos en que no se requerirá que los menores reciban este entrenamiento anual es cuando los padres del menor firmen y entreguen una forma de excepción a la parroquia o escuela.